domingo, 17 de enero de 2010
Hablemos un poco de arte pictorico, Edvard Munch el expresionista obsesivo.
Bueno pues les dejo algo de este gran pintor Noruego cuyo estilo se caracterizo por su crudeza y sobriedad en un marco de expresionismo y colores hipnotizantes.
Pintor noruego cuyos cuadros y obra gráfica, tristes y angustiosas representaciones basadas en sus obsesiones y frustraciones personales, abrieron el camino al desarrollo del expresionismo. Nacido en Loeiten, Noruega, el 12 de diciembre de 1863, Munch comenzó a pintar a la edad de 17 años. Una beca estatal, concedida en 1885, le permitió proseguir sus estudios en París durante un breve periodo de tiempo. Veinte años después, en las ciudades de París y Berlín, Munch desarrolló la mayor parte de su producción artística. Tras una primera influencia de la pintura impresionista y postimpresionista, derivó hacia un estilo mucho más personal, obsesivamente apegado a la representación de imágenes relacionadas con la enfermedad y la muerte. La exposición de sus cuadros en Berlín en el año 1892 impresionó de tal modo a las autoridades que decidieron cerrar la muestra. Sin inmutarse por la contrariedad, Munch y sus partidarios trabajaron durante toda la década de 1890 en pro del desarrollo del arte expresionista alemán. De entre toda su obra, la más conocida es quizá El grito (1893, Museo Nacional de Oslo). Ésta, junto con el angustioso Niño enfermo (1881-1886, Museo Nacional de Oslo), reflejan el trauma sufrido por Munch en su niñez al morir su madre y su hermana víctimas de la tuberculosis. Pinta también tristes y melancólicas escenas, como El puente, con figuras lánguidas, de rasgos y rostros indefinidos. El reflejo de sus ansiedades sexuales puede verse en sus múltiples retratos de mujeres, representadas alternativamente, como frágiles e inocentes víctimas o como vampiresas devoradoras de vida. En 1908 su estado de ansiedad alcanzó tal magnitud que hubo de ser hospitalizado. En 1909 regresó a Noruega. La relativa tranquilidad que dominó su vida desde 1909 en adelante tiene su reflejo artístico en los murales de la Universidad de Oslo (1910-1916) y en el vigoroso y brillante colorido de sus paisajes. Aunque los últimos cuadros no son tan torturadores como sus primeros trabajos, su último autorretrato, Entre el reloj y la cama (1940, Museo Munch de Oslo), marca una vuelta a la introspección de años anteriores. Las numerosas xilografías, aguafuertes y litografías que Munch realizó a lo largo de su carrera tienen hoy día una significativa consideración dentro del arte gráfico contemporáneo, un trabajo y un estilo que puede definirse como poderoso, simple, directo y fuerte. Son muy pocos los cuadros de Munch que se conservan fuera de Noruega, entre ellos figura Atardecer. Laura, la hermana del artista de 1888 que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
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